DEL 28 DE ABRIL AL 1 DE MAYO DE 2010
Día 28, un día normal para muchos y no muy normal para otros. Era un día diferente. En fin, cuarenta peregrinos, entre lleidatans, latinos y rumanos con el Padre Adrián, emprendíamos la gran aventura que el Padre Juan había organizado espectacularmente para que los interesados se embarcaran con los “Jose Marías” (Chóferes del autocar) rumbo a las tres citas insinuadas anteriormente.
Hacia las 6 de la tarde llegan los peregrinos felices a la Parroquia del Carme . Unos por conocer, otros por volver y otros porque no tenían más que hacer. Pero todos con el deseo de colocar su maleta pronto y buscar el mejor asiento. Acomodaditos damos la bienvenida acompañada de oraciones, cantos y alabanzas bajo la mirada de María, rumbo a Fátima.
Fue una noche de viaje en autocar. Para unos, una velada larga; para otros, una siesta corta… pero superamos bien la prueba. Al final durmiendo todos, menos “José María”, alias “el Xema”.
La luz del sol nos saluda con un bello amanecer en el país vecino, Portugal, donde la Reina Madre quiso saludar a los tres humildes pastorcitos. Deseo de ir a Cova de Iria … visita de la basílica … encuentro en el lugar de la aparición, lugar propicio para un silencio contemplativo y de una espiritualidad reconfortante. Todo eso interrumpido por el canto del “trece de mayo” entonado por las melodiosas campanas de la hermosa basílica. Conmoción provocó en nuestros espíritus las tumbas donde reposan los restos de los tres videntes, niños humildes y santos, cuyos ojos contemplaron el rostro de la Virgen Madre. Sólo nos quedaba contemplar al Señor en la mesa de la Eucaristía compartida con el grupo de peregrinos de Lleida que habían salido antes que nosotros, acompañados por Mn. Ezquerra. Teníamos la sensación de experimentar la unión de una gran familia acompañada por María que nos aunaba a todos como “la gallina reúne a sus polluelos”. Intenso y repleto de fervor fue el “viacrucis” o el camino de la cruz, donde palpábamos el valor del sufrimiento redentor de Cristo. Colofón de este día fu el rezo del santo rosario y la procesión del Santísimo a la luz de las velitas que eran promesa de un vivir más rejuvenecido.
En fin, un día que fue como un trampolín que nos lanzó con renovada energía hacia Galicia donde ganaríamos el jubileo compostelano.
El viernes día 30 de abril. Viaje por la mañana y tarde de recreación en el Grove i la Toja. Paseo turístico con el tren por toda la isla. Misa en la parroquia de Sanxenxo, presidida por el párroco de 93 años y que es el promotor del maravilloso templo parroquial de piedra.
Día 1 de mayo, Santiago de Compostela. Como peregrinos llegamos caminando el último trayecto. Puerta Santa, Abrazo del Santo y Eucaristía culminada por el “botafumeiro”.
Sí, un incensario que, con su ritmo y velocidad,
después de la Puerta Santa atravesar,
no deja más, sino a Dios gracias dar.
Gente que viene, genta que va.
Unos venden, otros compran,
pero todos en la plaza
a la una debemos estar.
Al Monte del gozo, comer;
Y …para Covadonga marchar.
Pero, antes en Gijón descansar.
Ya el domingo junto a la “Santiña”,
la cascada todos pudimos mirar
y en la gruta una oración elevar.
Todos a la misa participar
y después un tiempo libre se da.
Los rumanos en la parada esperarán
Y los colombianos tarde llegarán.
Un largo viaje de vuelta nos espera
… y a las once de la noche, la Seu Vella,
Iluminada, en lontananza esperando está.
Juan Ignacio.
