En celebrar-se el primer aniversari de la mort de Montse Ges, la parròquia del Carme li ha dedicat la missa del diumenge, com a acció de gràcies per la seva vida. Ha estat oficiada per Mossèn Xavier, rector de la Unitat Pastoral.
La parròquia del Carme sempre va ser llum i vida per a la Montse, i tanmateix la Montse va donar la seva vida per la Parròquia, estimant i fent-se estimar. Per això, hem pregat per la seva ànima tot agraint tants serveis i anys dedicats als nombrosos projectes dels que en va ser responsable amb molta senzillesa,
Al final de la Missa, el senyor Antonio Miñano li ha dedicat unes paraules recordant amb molt afecte i tendresa a aquesta gran persona i “samaritana exemplar” que tant recordem i enyorem. Les transcrivim a continuació:
SAMARITANA EJEMPLAR
(A Montse Ges en el 1er.Aniversario de su partida)
Si tenemos una Comunidad parroquial que nos recuerda porque intentamos sembrar el bien, dejaremos huellas imborrables de nuestro paso por esta tierra. Tal es la reflexión agradecida que nos viene a la mente al evocar a nuestra humilde y silenciosa Montse. Hacer memoria de los seres queridos proporciona consuelo tras su ausencia.
A lo largo de los monótonos pero arduos años vividos en su despacho mínimo, con entrega a los mosenes de la Unidad pastoral, en labores informativas del servicio parroquial a los feligreses, su relación, cuasi maternal, con los numerosos voluntarios y la atención misericordiosa que le salía del corazón con los marginados que se le acercaban, fue sembrando sin saber cómo semillas que han producido frutos de sabiduría, experiencia y bondad.
Montse fue para muchos ese faro que enciende la oscuridad cuando más se necesita. Su existencia destilaba gozo y paz. Daba sin esperar mucho, perdonaba sin apenas exigir, ayudaba pensando solo en el bien del otro. Entregó y gastó su tiempo de voluntariado por hacer felices a los demás.
Señales distintivas de su virtud samaritana fueron: su generoso voluntariado en la Parroquia, alentando la organización de romerías, animando a las colaboradoras del ropero, su apoyo a los sacerdotes en su misión evangelizadora o como portadora de la Eucaristía a enfermos y residentes. Y de modo especial su compasión por los necesitados de Jericó que le contagió su querido mosén Joan y que se manifestaba en múltiples gestos caritativos.
En ella encontraban quienes la trataban esa calidez humana que da confianza, la entrega humilde pero alegre, servicial y paciente, hecha sonrisa y ayuda.
La historia de esta Parroquia del Carmen ya ha quedado marcada por esta mujer intrépida que con su fe, su caridad y su vida ha sido un faro luminoso para generaciones de feligreses.
Pero Dios ha previsto que Montse desde la invisibilidad nos proteja como un ángel. No lo dudemos, sentiremos su presencia en medio de nuestras luchas diarias, y nos impulsará a vivir la vida con coherencia.
Recordemos voluntarios y colaboradores, feligreses todos, el mensaje que nos deja en este 1er Aniversario de su partida: “Aprovechemos la vida que Dios nos da hoy para amarlo a Él y a los que ha puesto a nuestro lado, porque de todo, todo… sólo quedará el Amor”.
Antonio Miñano
